"AUTOMOTORES ORLETTI"
CENTRO CLANDESTINO
DE DETENCIÓN, TORTURA Y EXTERMINIO
Con un equipo de la Defensoria del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tuve la oportunidad de visitar de forma guiada otro Centro Clandestino de detención, tortura y exterminio que funcionó durante la última dictadura cívico militar que sufrió Argentina (1976-1983).
Una de las cosas que llama más la atención de este lugar es que es un taller de autos, en el barrio de la Floresta, al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; simple: de puertas a fuera no da ninguna impresión que ahí dentro se cometieran crímenes contra lesa humanidad.

A
la par que Ex-ESMA, el centro clandestino Automotores Orletti
mantiene su estructura original, con algunas modificaciones, dado que
después de su desmantelamiento -forzado por una fuga de dos
prisioneros (Graciela Vidaillac junto a José Morales)- fue también
un taller clandestino de costura, y posteriormente el lugar de
residencia de su propietario (Santiago Cortell).
Dado
que este centro clandestino de detención, tortura y exterminio fue
desmantelado en noviembre de 1976, aún no había terminado la
dictadura, y posteriormente tuvo otros usos, como residencia del
propietario del local, Santiago Cortell; el conocimiento e
identificación del lugar como uno de los locales que fueron
utilizados por los perpetradores para cometer sus crímenes no fue
hasta finalizar dicha dictadura, a partir del 1983. Entonces fue
cuando los supervivientes de ese centro clandestino pudieron
identificarlo como el sitio en el que fueron retenidos, torturados y
exterminados muchas víctimas. Es curioso cómo lo hicieron;
recordaban 3 ruidos: el paso del tren, unos niños jugando y el ruido
de la persiana que producía, al levantarse, la entrada a
"Automotores Orletti". Hubo uno de los secuestrados
allí que, al volver a pasar por ese mismo lugar años más tarde, no
dudó en que ese había sido el centro en el que él había sido
retenido. Irónicamente, el gobierno de la dictadura lo había
llamado "El Jardín", dado que -como recordaban por el
ruido los supervivientes- justo al lado se encontraba un escuela de
primaria con un patio a donde salían a jugar los niños.
Llama
també la atención que dicho "taller" funcionó como Base
Principal de la "Operación Cóndor", Por lo tanto,
en ese lugar estuvieron secuestradas más de 300 personas, la mayoría
de nacionalidad uruguaya; una de las características de esta
operación -por lo que se ha podido ir investigando después- es que
participaron en ella distintas cúpulas de regímenes dictatoriales
en esos momentos, como: Uruguay, Chile, Brasil, Paraguay, entre
otros. Y por ese motivo, muchas de las víctimas que pasaron por
"Automotores Orletti" terminaron en esos países de
América del Sur, también dominados entonces por dictaduras que
dejaron también miles de desparecidos y muertos.
Aparentemente,
el edificio de “Automotores Orletti” podía haber sido la
casa de cualquiera de nosotros, pero en su interior, después del
esfuerzo de investigadores por dejar al descubierto todo lo que había
ocurrido ahí dentro, aún pueden apreciarse restos de la fuga de dos
personas que se encontraban retenidas, la huella de disparos en las
paredes y rastros de las técnicas de control que utilizaban los que
operaban en el centro clandestino, donde se hacinaba la gente
reclusa. Un taller de automotores o una vivienda familiar...¡nunca
más lejos de la realidad!.
La
visita fue muy interesante: pisar otro centro clandestino de
detención, tortura y exterminio. Y fue duro escuchar los detalles
que nos explicaba el guía. Por suerte, yo iba bien acompañado. Me
sigue fascinando la entereza y dignidad del pueblo argentino por
mantener la memoria histórica de aquellos terribles acontecimientos,
no tan lejanos en el tiempo. Al conocer los hechos criminales que
ocurrieron en esos centros, no podemos evitar unas miradas de
consternación por parte de quienes realizábamos nuestra primera
visita a esas instalaciones que fueron objeto de tan indigno uso.
Esos centros forman parte de la sociedad argentina, de su historia; y
esas visitas a los espacios de memoria te permiten sentirte como
parte de ella, para que cada cual pueda divulgar lo sucedido y
contribuir a que nunca más vuelva a pasar. Eso cabe esperar.
Trágicas historias que no han concluido. Todavía se juzga a los genocidas. La justicia con más de 40 años de demora no sirve ni es justa. Todavía hay muchos argentinis que dicen, como lo hiciera el general Harguindeguy (Ministro del Interior) "los argentinos somos derechos y humanos" Gran aporte el tuyo. Gracias.
ResponderEliminar¡Gracias compañero, muy buena frase que identifica a la sociedad argentina, seguiremos trabajando!
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