OBSERVADOR NACIONAL ELECTORAL POR UN DÍA
ELECCIONES
PRESIDENCIALES EN ARGENTINA, 2019
Domingo,
27 de octubre de 2019. Un día festivo que podría ser como cualquier
otro en Argentina, pero no. De buena mañana se podía palpar un
ambiente distinto, con muchos más negocios cerrados, y unos letreros
que advertían: "prohibida la venta y consumo de alcohol en el
día de hoy hasta las 18 h". Eso solo ya hacía presagiar que
no, no era un día cualquiera en el país donde me encontraba, y no
iba a serlo en los sucesivos. Ese domingo se celebraron las
elecciones presidenciales en Argentina, en las que tuve la
oportunidad de formar parte del equipo de observadores nacionales
electorales de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.


Las
ganó la corriente peronista, encabezada por Alberto Fernández y
Cristina Kirchner (Frente de Todos), con un 48,1% de los votos, en
detrimento de su rival, Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), que
obtuvo el 40,4%.
Dejando
al margen los resultados, lo que me llamó más la atención fue la
alta participación (80,86% del electorado). Es preciso señalar que
en Argentina es obligatorio votar, pero igualmente no deja de
sorprenderme el alto porcentaje de participación. Una de las tareas
que teníamos encomendada a la salida de los colegios era hacer una
encuesta sobre el procedimiento electoral, y una de las preguntas era
acerca de si votaría en las elecciones presidenciales si no fuera
obligatorio haberlo; y una inmensa mayoría afirmó que sí. Eso
significa que la mayoría de la población argentina tiene un sentido de arraigo del derecho y del deber del voto.
La
intensidad con que los argentinos viven el proceso electoral
confirma, pese a las críticas severas a los dirigentes políticos,
su alto sentido cívico y de pertenencia a una colectividad que
siente propia.
A
pesar de la convulsa situación económica, social y política que
vive el país desde hace varios años, Argentina sigue viva, y el
pasado domingo lo demostró acudiendo a votar para decidir su futuro,
como un pueblo que tiene el derecho -y el deber- de responder en las
urnas.
Fue,
sin duda, una jornada muy dura, en la que estuvimos pendientes de
comprobar el cumplimiento de todos los procedimientos y condiciones
fijados por la ley para que la gente ejerciera legítima y
democráticamente el voto sin inconvenientes ni irregularidades.
El
recuento de votos fue emocionante, y con resultados muy ajustados en
el colegio electoral en el que estuvimos presentes para hacer el
recuento. Esa emoción hasta el final indica de forma clara como vive
la sociedad argentina todo el proceso electoral. A pie de calle de
los colegios electorales, cualquiera tiene la oportunidad de sentirlo
y comprobarlo: algunos votantes te transmiten, tras salir del
colegio, enfado, más o menos esperanza, con ganas de que les
escuches, etc. Y un sin fin de sensaciones. Pero lo que todos/as
transmiten es una energía positiva por haber cumplido con lo que
debían, y una contención de exaltación en el ambiente general
hasta que se sepan los resultados oficiales.
Argentina
está viva, muy viva...su población, el pueblo, me lo demostró el
domingo pasado, ese domingo 27 de octubre que no era un día
cualquiera.
Muy interesante artículo. Espero que nos cuentes cómo afecta la elección al país.
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