SOCIEDAD VS. PODER

Ante esta segunda ola de la Pandemia COVID19, nos vemos abocados otra vez a una serie de restricciones y limitaciones que vuelven a lastrar a la sociedad, una sociedad que no cesa de escuchar reproches de los políticos y de los responsables que deben gestionar esta pandemia. En ciertos momentos parece que la culpa del virus y sus consecuencias sea responsabilidad de nosotros, la ciudadanía.
Voces, exigencias, quejas, bajo la advertencia constante de que si no cumplimos deberemos aceptar un nuevo confinamiento domiciliario, un encierro en casa. 

 Pero, 

¿Qué hicieron los políticos para evitar una situación así? 

¿Qué medidas y recursos han implementado al servicio de la sanidad pública?

¿Qué han hecho para explicar a la ciudadanía y no tener que advertir de forma constante la aplicación de más y más duras restricciones?

 

El poder político no ha encontrado -porque no sabe o no quiere saber-, ante esta pandemia un equilibrio entre lo que es la salud y los derechos fundamentales de las personas, como: el de libre circulación, el de reunión, entre otros. 

Una sociedad que ha asumido las limitaciones de derechos fundamentales como un hecho habitual, normal, común, y apenas ha protestado por ello.  

Ya fue increíble que las distintas sociedades europeas y del mundo apenas alzaran la voz en contra de los confinamientos domiciliarios, y que la mayoría aceptara tan bien lo que ello conllevaba, como es la restricción y limitación máxima de los derechos fundamentales y básicos de las personas. 

El poder político ha sido incapaz, y lo sigue siendo, de explicar y hacer entender a la sociedad española, el porqué de cada decisión tomada, que limita los derechos fundamentales de los ciudadanos. Y, a pesar de ello, la mayor parte de la sociedad ha asumido cada una de esas decisiones sin pedir  apenas explicaciones ni respuestas. ¿Nos estamos volviendo una sociedad sumisa, a merced del político? Ya lo éramos en parte, dado que nos encontrábamos siempre a merced de unas normas y leyes establecidas por el poder político; y también mucha gente cree más en los políticos que en las fuentes adecuadas; o ni tan siquiera consulta ni tiene el interés en informarse bien. Se da una polarización latente de la sociedad en lo político, por muchos motivos, que la Pandemia  ha acentuado aún más si cabe, dado que los políticos han utilizado esta situación para ahondar más en esta brecha. No, una vez más, no estuvieron a la altura de lo que la situación exigía. 

Como sociedad nos encontramos, en estos momentos, aún más a merced del poder político; hay impuestas unas restricciones, limitaciones y obligaciones que nos han dicho que hay que cumplir, pero que no se ha explicado, no ha habido un trabajo previo, una pedagogía, para hacer entender a la gente por qué es importante y para qué; simplemente cierran sectores de la sociedad, tan importantes, como la cultura, la hostelería, el deporte, etc., y ya está. Le dicen a la gente que se vaya a su casa.

Esto, en una sociedad, crea frustración, y lo que gran parte de la misma  pregunta -y tiene el derecho y el deber de exigir- a las personas que tienen la obligación de gestionar esta epidemia: ¿Qué recursos o medios se pusieron después de la primera ola de la pandemia para intentar paliar al máximo los efectos que se están produciendo y las consecuencias que nos llegan y llegarán por los efectos que producen las nuevas restricciones y limitaciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos españoles?

No parece ser que la sociedad española vaya a despertar, tampoco que el poder político, ni su tónica, vaya a cambiar. Todo lo contrario, el poder cada vez quiere más, es insaciable. La ciudadanía debe seguir exigiendo la protección de sus derechos fundamentales.

 


Comentarios

  1. Hablas desde el corazón pero a la vez con un agudo sentido de razón.
    Gran aporte. Eres luz. Gracias

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